Un W100 a medidaMas adelante, en 1966, Nubar Gulbenkian se acercó a Mercedes-Benz para encargar un W100
Großer. Pero, como no podía ser de otra manera, no quería un 600 “de serie” sino que quería incluir ciertas particularidades en el vehículo.
Entre ellas, quizá la más llamativa era la inclusión de un techo de cristal que cubriera toda la longitud del coche, al estilo de la burbuja de metacrilato de su Silver Wraith de 1956.
Mercedes-Benz, sin embargo, no aprobó esta extravagante solicitud, por lo que representaba la misma en términos de seguridad y de las dificultades que su manufactura implicaría para la línea de fabricación de Sildenfingen.
El Mercedes-Benz 600 de Nubar Gulbenkian. Nótese el detalle de la matrícula portuguesa.El caprichoso Gulbenkian, en lugar de desistir, decidió resolver el problema de otra manera. Así pues, encargó a través de un distribuidor francés y bajo un nombre falso, un Mercedes-Benz 600 de color verde.
El Mercedes-Benz 600 de Nubar GulbenkianAl momento de la entrega el distribuidor, siguiendo las instrucciones de Gulbenkian, envió el vehículo directamente al famoso carrocero parisino Henri Chapron. Este recibió el encargo de modificar el vehículo profundamente, tanto en su interior como en su exterior.
Estribo del Mercedes-Benz 600 de N. Gulbenkian, con la placa de identificación del carrocero Henri ChapronAparte de incluir el techo de cristal que añoraba Gulbenkian, Chapron acometió una serie de personalizaciones en el W100 del magnate.
Vistas exterior e interior del techo de cristal que Chapron incorporó al W100 de GulbenkianUna de las modificaciones adicionales era la sustitución del asiento trasero, que se modificó para poder convertirse en una cama doble. Esto se dijo que fue hecho para que el millonario (que según las crónicas de la época era un incansable mujeriego) pudiera “ver las estrellas” desde la zona posterior de su coche.
- Fuera de tema
- Queda a juicio del lector interpretar si el carrocero parisino mencionó “las estrellas” de manera literal o si, por el contrario, quiso hacer una pirueta eufemística (típicamente francesa, por demás...) sobre su cliente y las actividades que realizaría en el susodicho asiento...
Los asientos traseros del W100 de Nubar Gulbenkian, que podían reclinarse hasta convertirse en una cama "bajo las estrellas". Romanticismo en el lujo...Del mismo modo, los paneles de las puertas fueron equipados con espejos de mano, y se diseñaron marcos deflectores de vidrio especiales, con el único propósito de regular el flujo de aire fresco al interior y crear un mínimo de turbulencia. Por otro lado, se colocó un soporte especialmente diseñado para acomodar una pipa, habida cuenta que Gulbenkian era un gran aficionado al tabaco. Y por supuesto, no podía faltar un minibar entre los asientos.
"Reposapipas" en el W100 de Gulbenkian. Sólo siendo multimillonario se piensa en estos detalles.Se dice que Gulbenkian, además de mujeriego y caprichoso, era célebre por su obsesión por la puntualidad. Así, pidió que se incluyeran otros elementos personalizados que le permitieran vigilar las velocidades a las que circulaba su chófer y el tiempo que restaba para cada trayecto. Por ello, en la zona trasera del
Grosser Chapron instaló un panel central con un velocímetro y un ordenador mecánico “Halda Speedpilot”, que era usado en la época para los
rallies de regularidad.
Velocímetro y ordenador de viaje "Halda Speedpilot" en la zona posterior del W100.Otro detalle atípico es que el 600 de Gulbenkian, y tal como era habitual en sus coches personalizados, no muestra ningún tipo de madera en el interior como el resto de los W100. En su lugar, pidió que todas las superficies estuvieran cubiertas con cuero extrafino.
Interior del W100 de Gulbenkian. Cuero en todas las esquinas.Tras su muerte en 1972, Gulbenkian dejó el auto en herencia al jardinero portugués de su casa en Cannes. Después de tomar posesión del automóvil, su nuevo propietario lo envió a su casa en Portugal y lo dejó almacenado, y allí permaneció durante los siguientes 30 años. En 2019 fue subastado por Sotheby's y vendido por 342.500 euros.